Buenos días, soy Mateo.
Te agradecería que difundas estas palabras, si es posible, entre los miembros del AMPA "Vientos del Trenque".
Un abrazo
Mateo.
Estimadas madres y padres del IES "Trevenque":
La verdad es que la lectura de vuestras palabras me han hecho llorar. Si, además, no me las esperaba, pero al ver el correo, indicándome el enlace, lo abrí, me quedé confuso, y no pude por menos que romper, silenciosamente, a llorar.
Vuestras cariñosas palabras me llenan de orgullo, de agradecimiento y, a la vez, me hacen pensar que culmino mi vida profesional con el deber cumplido.
Siempre me he considerado un servidor público, un trabajador al servicio de la Comunidad Educativa, donde quiera que he trabajado, tanto antes como ahora, ya sea como maestro, como asesor de la Reforma Educativa y, ante todo, como orientador, durante los quince años que he estado, en el entrañable IES “Trevenque”.
Son ciertas las palabras que me decís, ya que siempre he procurado dedicar “mi sabiduría, mi cariño, mi paciencia y mi dedicación” a la delicada tarea de orientar en nuestro querido “IES Trevenque”, tanto para orientar a padres y madres, profesorado y alumnos o alumnas. Igualmente he realizado mi tarea instructora y educadora en todos los lugares donde he trabajado.
Mi compromiso personal y profesional por la educación de los alumnos y alumnas ha sido permanentemente una constante en mis treinta y nueve años de itinerario laboral. Siempre he tenido presente en mi labor educativa que el referente y el objetivo clave no podía ser otro que “conseguir el máximo beneficio educativo para todos y cada uno de los alumnos y alumnas, indistintamente de cualquier situación o problemática escolar que tuviesen”.
Tal como comentáis, al igual que yo he dejado huella en vosotros (en la Comunidad Educativa), vosotros también habéis dejado la vuestra en mí corazón. Como decía Antonio Machado: “caminante, son tus huellas el camino y nada más, caminante no hay camino, se hace camino al andar, …,”
La verdad es que la lectura de vuestras palabras me han hecho llorar. Si, además, no me las esperaba, pero al ver el correo, indicándome el enlace, lo abrí, me quedé confuso, y no pude por menos que romper, silenciosamente, a llorar.
Vuestras cariñosas palabras me llenan de orgullo, de agradecimiento y, a la vez, me hacen pensar que culmino mi vida profesional con el deber cumplido.
Siempre me he considerado un servidor público, un trabajador al servicio de la Comunidad Educativa, donde quiera que he trabajado, tanto antes como ahora, ya sea como maestro, como asesor de la Reforma Educativa y, ante todo, como orientador, durante los quince años que he estado, en el entrañable IES “Trevenque”.
Son ciertas las palabras que me decís, ya que siempre he procurado dedicar “mi sabiduría, mi cariño, mi paciencia y mi dedicación” a la delicada tarea de orientar en nuestro querido “IES Trevenque”, tanto para orientar a padres y madres, profesorado y alumnos o alumnas. Igualmente he realizado mi tarea instructora y educadora en todos los lugares donde he trabajado.
Mi compromiso personal y profesional por la educación de los alumnos y alumnas ha sido permanentemente una constante en mis treinta y nueve años de itinerario laboral. Siempre he tenido presente en mi labor educativa que el referente y el objetivo clave no podía ser otro que “conseguir el máximo beneficio educativo para todos y cada uno de los alumnos y alumnas, indistintamente de cualquier situación o problemática escolar que tuviesen”.
Tal como comentáis, al igual que yo he dejado huella en vosotros (en la Comunidad Educativa), vosotros también habéis dejado la vuestra en mí corazón. Como decía Antonio Machado: “caminante, son tus huellas el camino y nada más, caminante no hay camino, se hace camino al andar, …,”
Vuestras huellas se entrecruzan con las mías. Cualquier solicitud de ayuda que os he pedido siempre ha sido atendida: conferencias, charlas, intercambio de información, implementación de programas transversales, … etc. Nunca, ningún padre o madre del “Trevenque “ ha dicho no, ante cualquier petición de colaboración mía. Y por ello, os estoy muy agradecido. Vuestro saber y experiencia también ha quedado impreso en nuestros alumnos. Como contrapartida, también, creo que en todo momento he atendido toda petición vuestra o intercambio de información en línea con la mejor orientación para vuestros hijos.
Pero, tengo que asumir, como dice el poeta, que mi camino profesional se agota, y que el vuestro sigue. Espero y deseo que el vuestro siga siendo fructífero. Está en juego la formación de vuestros/nuestros hijos e hijas. Y sabéis que, para conseguir una formación de excelencia, partís con ventaja, pues tenéis un instituto extraordinario, un profesorado muy profesional y un equipo directivo de lujo.
Por último, quiero deciros que la vida sigue, que tenéis/tenemos la satisfacción de tener unos hijos geniales y maravillosos, por los que vale la pena aportar toda nuestra ayuda y nuestro grano de arena, para que la calidad y excelencia educativa de la que hablaba antes se inculque en sus mentes y así puedan ponerla de manifiesto en todo momento, donde quiera que estén.
Me voy con la cabeza alta, con la satisfacción y el orgullo de haber orientado adecuadamente a toda la Comunidad Educativa de nuestro instituto, y con el privilegio de saber que, de alguna forma, seguiré (y seguiremos) perviviendo todos (padres, madres, profesorado y personal no docente) en aquellos (nuestros alumnos y alumnas), cuyos ojos aprendieron a ver el mundo actual a través de la sabiduría y la magia de nuestra palabra y de nuestro buen hacer.
Un fuerte abrazo. Hasta siempre.
Mateo Jiménez
(Orientador del IES “Trevenque”.)
Pero, tengo que asumir, como dice el poeta, que mi camino profesional se agota, y que el vuestro sigue. Espero y deseo que el vuestro siga siendo fructífero. Está en juego la formación de vuestros/nuestros hijos e hijas. Y sabéis que, para conseguir una formación de excelencia, partís con ventaja, pues tenéis un instituto extraordinario, un profesorado muy profesional y un equipo directivo de lujo.
Por último, quiero deciros que la vida sigue, que tenéis/tenemos la satisfacción de tener unos hijos geniales y maravillosos, por los que vale la pena aportar toda nuestra ayuda y nuestro grano de arena, para que la calidad y excelencia educativa de la que hablaba antes se inculque en sus mentes y así puedan ponerla de manifiesto en todo momento, donde quiera que estén.
Me voy con la cabeza alta, con la satisfacción y el orgullo de haber orientado adecuadamente a toda la Comunidad Educativa de nuestro instituto, y con el privilegio de saber que, de alguna forma, seguiré (y seguiremos) perviviendo todos (padres, madres, profesorado y personal no docente) en aquellos (nuestros alumnos y alumnas), cuyos ojos aprendieron a ver el mundo actual a través de la sabiduría y la magia de nuestra palabra y de nuestro buen hacer.
Un fuerte abrazo. Hasta siempre.
Mateo Jiménez
(Orientador del IES “Trevenque”.)
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